Timo del príncipe nigeriano – Caso REAL
Hace unas semanas subí a redes un trozo de monólogo sobre el timo del príncipe nigeriano. Y no te vas a creer lo que sucedió varios días después.
Seguramente te habrá llegado alguna vez un correo electrónico con esta estafa. Si no a tu bandeja de entrada, en la carpeta de SPAM puede que esté escondido. En cualquier caso, si no sabes de qué va el timo del príncipe nigeriano, te dejo el vídeo y te sigo contando más abajo.
¿Qué vas a encontrar en este artículo?
¿Qué es la estafa del príncipe nigeriano?
Aunque lo cuento en el vídeo, si eres de esa clase de gente que pasa de pararse a ver un vídeo porque le apasionan las letras, te cuento por escrito.
El timo del príncipe nigeriano es una estafa que se lleva a cabo por internet, haciendo uso del correo electrónico.
Un supuesto príncipe de Nigeria se pone en contacto contigo para informarte de que tiene una herencia muy golosa y que no tiene descendencia y que oye, buscando en el internet, pues ha dado con tu correo electrónico y que como tienes pinta de buena persona, te va a dejar la herencia a ti.
¿Qué te parece? Como argumento de película de los sábados por la tarde en Antena 3 es cojonudo.
El problema viene cuando picas el anzuelo, le sigues el rollo al monarca y al final acabas entregándole tus datos personales y bancarios. El príncipe nigeriano desaparece y el dinero de tu cuenta bancaria probablemente también.
Por ello querido amigo, acuérdate siempre de ese dicho popular que dice: «nadie da duros a cuatro pesetas». Probablemente después de leer este dicho acabas de darte cuenta de que tengo más años que un bosque. Igual cuando leíste «dicho popular», ya te diste cuenta.
Me llega un correo con el timo del príncipe nigeriano y le contesto
Así es. Varios días después de publicar el trozo de monólogo, me llega un correo electrónico con el timo, salvo que en este caso en lugar de un príncipe nigeriano es un estadounidense-británico con origen ucraniano podrido en billetes. Pero la dinámica es la misma: herencia sin dueño, para mi cara bonita.
Su primer correo electrónico fue:
Bueno, no es herencia, es donación, pero para el caso viene a ser lo mismo.
Para darle credibilidad al asunto (jajaja, ¿qué credibilidad va a tener esto?), acompañan un enlace a Wikipedia, para que veas que este señor existe realmente.
¡Tiene un perfil en Wikipedia! ¿Cómo no me voy a creer que Sir Leonard quiere ser mi nuevo amigo?
Que por cierto, ¿el verdadero Valentínovich se habrá enterado que hay por ahí un tinglado de estafa montado suplantando su identidad? Igual hasta lo ha montado él y por eso tiene tanta pasta. Yo no descarto nada.
Pero teorías conspiranoides a un lado, continuemos con el caso. Me hizo tanta gracia recibir este email tras haber publicado el vídeo, que en un arrebato de aburrimiento dije: le voy a contestar a ver que pasa.
Y este fue mi mensaje:
Como ves, un correo totalmente normal de una persona que se alegra mucho de recibir tal cantidad de dinero xD.
Claro, después de enviar esto dije: no me va a contestar ni de coña… uy que no…
El timo de Sir Leonard Valentinovich contestó a mi correo
¿En qué cabeza humana entra el recibir un correo como el mío y contestarle? ¿Quién le va a poner a su mascota «little biscuit»? Pues nada, se ve que Sir Leonard hizo con mi mail como yo con los prospectos de los medicamentos y me contestó.
Pero en un giro inesperado de los acontecimientos… ¡Me contestó en portugués!
¡Por la cara! Ahí no solo me dejó claro que era una estafa, sino que además se estaba encargando de enviar los correos el becario. ¿Península Ibérica?… ¡bah! mando cualquiera de estos.
El correo en portugués me lo ahorro para no hacer esto interminable, pero te dejo aquí mi contestación a ese correo:
¡Bueno! Después de este correo, yo soy el estafador y digo: se va a reír de mi tu p**** *****. Digo yo que se ve el cachondeito en las líneas ¿no?
Pues se ve que el timador me vio emocionado con mi sueño de criar mis propios jamones, que me envió el correo anterior, esta vez en castellano.
Poco se habla de la conexión más que económica que empezamos a crear el suplantador de Sir Leonard y yo: «amado y deseado Valentinovich» y «querido amado».
Igual por la puerta a una nueva experiencia sexual que parecía se estaba abriendo o por la pura diversión, decidí seguir con el juego y responder al correo.
Le sigo el juego al timador hasta que me deriva con su abogado
Como en el correo anterior empezó a pedirme datos personales, decidí subir el nivel de lo absurdo un puntito más y contestarle de la siguiente manera:
¿Qué? ¿Una locura, verdad? Pues se ve que el estafador se estaba partiendo el ojete y quiso seguir con la propuesta o tienen un sistema muy estandarizado y el protocolo de respuesta no se rompe, llegue el correo que llegue, porque efectivamente, me volvieron a contestar:
Tengo que decir que el copy estafador se empezó a venir arriba cuando redactó estos correos, porque menuda chapa.
En resumen Sir Leonard, que clarísimamente tiene cosas más interesantes que hacer que estar leyendo mis correos, me informa que deriva la continuación de la operación a su abogado en Nueva York.
Me gusta imaginar que la persona que me mandó el mail tiene una pantalla de ordenador con una pegatina que pone «Sir Leonard» y otra pantalla al lado con una pegatina que dice «abogado en Nueva York», y que juega a cambiar de personaje cada vez que gira su silla.
Le contesto al abogado y fin de la historia
Total, como si me tratase de Dorothy en el Mago de Oz y quisiese saber que hay al final del camino de baldosas amarillas, le mandé el siguiente correo al supuesto abogado, con copia por supuesto a Sir Leonard. No vaya a ser que se me escapen mis miles de euros:
Mi tono claramente empieza a mostrar cierto nerviosismo por conseguir el dinero. No es la mejor forma de hablar a un abogado, lo sé, pero viviendo en Nueva York seguramente esté acostumbrado.
Igual debo reconocer que junto al nerviosismo por el dinero, había cierta decepción de sentirme abandonado por Sir Leonard. Nuestro romance no pudo ser.
Al rato de mandar el mail «el abogado» se puso en contacto conmigo con el siguiente mensaje:
Igual no le gustó mi tono en el correo anterior porque ese «Atención» a modo de saludo fue bastante borde, debo reconocer.
La cuestión es que se acercaba el momento de la entrega del dinero. De yo entregárselo a ellos, quiero decir, porque aquí ya me pedían todos los datos financieros habidos y por haber.
Así que esperé unos días antes de responder y le di un giro inesperado al desarrollo de los acontecimientos:
Y a partir de ahí, no se si fue el tema policía, la mención de la Patrulla Canina o el clarísimo menor feeling entre el abogado y yo, pero ya no hubo respuesta por su parte.
Me quedé sin noticias de Sir Leonard y del señor Keshab. Solo espero que estén bien.
Igual, ahora que lo pienso, tengo un saldo impresionante en Amazon ¡y yo aquí escribiendo! Me voy a comprobarlo.
Pero antes de marchar, no nos olvidemos de la moraleja de esta historia: nadie da euros a 99 céntimos. He decidido actualizar el dicho para ganarme la confianza de la Generación Z. Aunque igual tenía que haber hablado de bitcoins…
Déjame en los comentarios si te ha gustado esta historia y si alguna vez te han estafado o si lo han intentado tanto de forma física, como digital.
¡Nos leemos!
4 respuestas a “Timo del príncipe nigeriano – Caso REAL”
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Me ha encantado la historia. No me he podido reír más con la Patrulla Canina
¡Eres un crack!
Y sí, a mí me estafaron de forma digital… Por suerte recuperé mi dinero, pero me sentí la tía más tonta del planeta por caer en la trampa.
Un saludo
¡Muchas gracias por tu comentario Mila!
Jajajajajaja, menuda aventura. Me he partido de risa imaginando too en mi cabeza cual peliculilla. Qué arte, Rafa.
Me encanta pensar que en algún momento, alguien de los que recibieron los mails, se pararon un segundo a leerlos y les arranqué una sonrisilla xD