Ejercicios de improvisación para mejorar la concentración
Estos 5 ejercicios de improvisación teatral para mejorar la concentración que te traigo en este artículo, no son más que un leve ejemplo de los numerosos juegos que tiene la impro para trabajar todo tipo de habilidades.
La improvisación teatral tiene un sin fín de aplicaciones para mejorar aspectos de tu día a día tales como la escucha activa, aceptación, creatividad, hablar en público, trabajo en equipo… y por supuesto la concentración.
Los que practicamos esta disciplina, sabemos que es indispensable estar concentrados en el aquí y el ahora para que no se nos escape nada de lo que está sucediendo en escena y a nuestro alrededor.
La escucha activa y la concentración, se ponen en modo on cada vez que salimos a escena.
¿Por qué no llevar esa actitud necesaria en la interpretación de la improvisación teatral a nuestra vida real? Una conversación con amigos, con tu pareja, con tu jefe, con un cliente… o ejecutando cualquier tarea que tengamos que llevar a cabo. Si estamos concentrados en lo que está sucediendo, seremos mucho más productivos.
Tampoco vamos a fliparnos porque estos cinco ejercicios de improvisación no son la panacea a todos tus problemas, ¿qué es esto? ¿un curso de criptomonedas? Por favor…
Pero si en el mundo de la distracción que vivimos entre pantallas y noticias tenebrosas, conseguimos mejorar algo nuestra concentración en lo realmente importante, gracias a la improvisación teatral, igual le robamos el concepto criptobro a esa gente y empezamos a usar improbro.
No por Dios, sería demasiado lamentable.
¿Qué vas a encontrar en este artículo?
5 ejercicios de improvisación para estar concentrados
Como te decía antes, esto es solo un ejemplo de cinco ejercicios de improvisación que te ayudarán a mejorar la concentración, pero si realmente quieres ponerte las pilas con el desarrollo de habilidades, lo mejor que puedes hacer es inscribirte en un curso de improvisación teatral. Si vives en Málaga, haz click en el enlace anterior ;)
Prácticamente todos estos juegos son para hacerlos en grupo, aunque algunos los puedes adaptar para hacerlos por tu cuenta. Pero compartidos son más divertidos y el reto es mayor.
Así que ya sabes, aprovecha durante la pausa para comer en el trabajo, durante el próximo afterwork o con tus pasajeros en el siguiente viaje de Blablacar.
Palabras en abecedario
Un grupo de personas se colocan en círculo o estableciendo el orden de intervención. La idea es ir lanzando por turnos, una palabra que empiece por la siguiente letra del abecedario, con la mayor rapidez posible y procurando pensar poco. Esto último hay mucha gente que no le cuesta nada.
La dinámica te obliga a estar concentrado en saber cuando te toca lanzar palabra y por qué letra debe de empezar la misma.
Puedes retarte a hacerlo tu solo cronometrándote el tiempo que tardas en completar una batería de palabras de la A a la Z y luego repetir el ejercicio intentando superarte.
Una vez que ya dominéis el ejercicio base, podéis realizar modificaciones como realizar el ejercicio a la inversa (de la Z a la A) o empezando por una letra distinta a la A y terminando por su anterior.
Espejos
No necesitas un grupo, pero si al menos una persona más para hacer este ejercicio.
Colocaos una persona frente a la otra. La primera que quiera, comenzará a ejecutar movimientos lentos y la otra persona tendrá que imitarlos.
Deben de ser lentos para que se produzca el efecto espejo. Si no lo único que vamos a conseguir es hacer una clase de aerobic con otra persona intentando ir detrás de las propuestas de movimiento. Hay que buscar el movimiento lo más simultáneo posible.
Después de un tiempo, la persona que se estaba adaptando a los movimientos, pasará a ser la que los proponga, siendo la otra la que se adapta. Este cambio es el que yo llamo «momento de la venganza».
Cuando dominéis el ejercicio, podéis darle una vuelta de tuerca, empezando a proponer una persona, adaptándose la otra y en un momento determinado, sin pactarlo, la que se adapta empieza a proponer y la que proponía empieza a adaptarse, repitiendo este proceso todo el rato que se quiera.
Caminantes por número
Este ejercicio de improvisación es cierto que no te queda otra que hacerlo en grupo.
Se marca la pauta de que sólo una persona o un determinado número de ellas pueden estar caminando por la sala, mientras el resto permanecen quietos.
La concentración viene en que en cualquier momento bien cualquiera de los que están quietos pueden comenzar a andar, o quién quiera de los que están andando se pueden parar, pero siempre, siempre tiene que haber en movimiento el número de personas que se estableció al principio.
Es decir, si alguien se para, otra persona tendrá que comenzar a andar y si alguien empieza a andar, quien lo estaba haciendo se parará.
Igual es un poco lioso, pero si lo lees tranquilamente y concentrado, seguro que lo entiendes xD.
Completar palabras
Nos colocamos en círculo, marcando todos el mismo ritmo lento con el brazo, hacia arriba y hacia abajo.
Cuando el brazo este arriba, una persona designada lanzará una sílaba. Manteniendo el ritmo, la siguiente persona, cuando el brazo se encuentre abajo, deberá completar una palabra, utilizando la sílaba que lanzó el anterior y esa misma persona lanzará una nueva sílaba cuando el brazo se encuentre arriba, para que el siguiente haga lo propio completando la palabra abajo.
Madre mía, si el anterior era lioso explicarlo por escrito, este ya es para echarse a llorar.
Ejemplo práctico:
Sujeto A, lanza la sílaba «mu-» cuando su brazo esta arriba.
Sujeto B, completa la palabra utilizando la sílaba anterior. Por ejemplo podría decir «-jer» cuando su brazo se encuentra abajo y ese mismo sujeto B, lanzaría una nueva sílaba (por ejemplo «co-«) cuando su brazo se encuentre arriba.
Sujeto C completaría una nueva palabra, por ejemplo «-nejo». Y así sucesivamente.
Yo creo que con el ejemplo práctico ha quedado mucho más claro. Dónde va a parar.
Si quieres hacer este juego de impro sólo, lo puedes hacer escribiendo en papelitos sílabas de inicio de palabra, colocarlas boca abajo y al descubrirlas, lanzar las sílabas que compongan una palabra gracias a esa primera.
Simón dice
Un juego infantil clásico, que nos viene de lujo para entrenar la concentración: el clásico «Simón dice».
Algún integrante del grupo será la persona encargada de dar órdenes. Esas órdenes pueden ser cualquier tipo de acción que se le ocurra: correr, saltar, levantar manos, mirar a los ojos, señalar, decir algo…
Lo gracioso del asunto es que el resto harán estas acciones, siempre y cuando vengan precedidas de «Simón dice». Si el que da las órdenes dice una acción, esta no viene precedida de «Simón dice» y alguien del grupo hace la acción, esa persona estará eliminada.
Por tanto, hay que estar muy concentrados en cómo se dan las órdenes.
Y nada más. Hasta aquí estos cinco ejercicios de improvisación teatral que te van a ayudar a mejorar tu concentración, porque lo mismo que vas al gym a ponerte más fuerte que el vinagre, tus habilidades también se pueden entrenar.
Así que ya sabes, practica impro y dale calistenia mental a tu cerebro.
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